06 enero 2019

Meditación con mantra



La práctica de la meditación es conveniente hacerla diariamente por lo menos una vez al día, si es posible dos, una a la mañana temprano y otra al atardecer.
Buscamos un lugar y un momento en que no seamos interrumpidos, tratando que sea un lugar silencioso y tranquilo.
Podemos prender un incienso si nos gusta y poner música suave de fondo pero no es necesario.
Nos sentamos en una silla, en una colchoneta, manta o almohadón, con las manos apoyadas la mano derecha sobre la palma izquierda.
Cerramos los ojos y llevamos la atención a la respiración.
Hacemos 3 respiraciones completas.
Inhalamos profundamente llenando la panza de aire, que en realidad es la zona baja de los pulmones que al llenarse de aire empuja el diafragma hacia abajo, y éste el estómago hacia afuera.
Seguimos inhalando y llenamos la zona media de los pulmones, el tórax se expande hacia los costados.
Seguimos inhalando y llenamos la zona alta de los pulmones hasta las clavículas.
Hacemos una pequeña retención, el tiempo que nos resulte cómodo sin agitarnos. Y empezamos a exhalar desde las clavículas hasta el abdomen.
Lo repetimos 3 veces y volvemos a la respiración libre lenta y profundamente.
Podemos invocar a la divinidad o al maestro de acuerdo a nuestras creencias.
Vamos a utilizar el mantra "so ham" repetidos mentalmente en la respiración para enfocar nuestra atención y lograr la concentración. SO en la inhalación y HAM en la exhalación.
Cuando aparece un pensamiento lo dejamos seguir de largo y volvemos a traer la atención al mantra y la respiración.
Simultáneamente podemos centrar la atención en el entrecejo, visualizando una luz que comienza siendo muy pequeña y se va expandiendo con las respiraciones.
La meditación puede durar entre 10 y 30 minutos. Podemos empezar con 10 minutos e ir aumentando  el tiempo a medida que nos vayamos sintiendo a gusto con la experiencia.
Probablemente al principio nos cueste quedarnos quietos y mantenernos sentados y enfocados,  aparezcan pensamientos, recuerdos e inquietudes. Incluso puede que sintamos una imperiosa necesidad de levantarnos y abandonar la práctica.
Para poder avanzar tendrás que resistir y permitirte llegar a experimentar la paz interior que se siente después de mantenerte un rato inmóvil y concentrada.
Cuando sientas que es el tiempo suficiente o te sientas cansada, vuelve a traer la atención al cuerpo físico, agradece a tu yo interior, a tu presencia yo soy y abre los ojos.
Con el tiempo de practica el estado de paz interior se empieza a experimentar el resto del tiempo del día. Podemos en cualquier momento cerrar los ojos y rememorar ese estado.
Que la práctica te resulte tan plena como a mi en la vida.
Namaste!!

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